Cómo ser deudor de buena fe

Para saber cómo ser deudor de buena fe hay que saber de qué estamos hablando. El concepto de deudor de buena fe se refiere a aquel que se encuentra en una situación de insolvencia, pero que no ha provocado esa situación de forma fraudulenta o dolosa. En otras palabras, el deudor de buena fe es aquel que ha obrado con honradez y diligencia en el manejo de sus finanzas.

El concepto de deudor de buena fe se encuentra recogido en la Ley Concursal española, concretamente en los siguientes artículos:

Artículo 286.1. El deudor de buena fe es aquel que no ha sido condenado en sentencia firme por delitos contra el patrimonio, el orden socioeconómico, la Hacienda Pública o la Seguridad Social, ni por delitos de falsedad documental, en los 10 años anteriores a la declaración del concurso.

Artículo 286.2. Se presume que el deudor es de buena fe cuando ha intentado llegar a un acuerdo con sus acreedores antes de la declaración del concurso.

Requisitos legales Cómo ser deudor de buena fe

Para ser considerado un deudor de buena fe, es necesario cumplir los siguientes requisitos legales:

No haber sido condenado en sentencia firme por delitos contra el patrimonio, el orden socioeconómico, la Hacienda Pública o la Seguridad Social, ni por delitos de falsedad documental, en los 10 años anteriores a la declaración del concurso.
Haber intentado llegar a un acuerdo con sus acreedores antes de la declaración del concurso.
Comportamientos concretos

Además de cumplir los requisitos legales, existen una serie de comportamientos concretos que pueden considerarse como una muestra de buena fe. Entre estos comportamientos se encuentran los siguientes:

Administrar sus finanzas de forma correcta y transparente.
Pagar sus deudas a tiempo y en su totalidad, siempre que sea posible.
No ocultar información a sus acreedores.
Intentar llegar a un acuerdo con sus acreedores para evitar la declaración del concurso.
Consecuencias de no ser considerado de buena fe

Si el deudor no es considerado de buena fe, tendrá más dificultades para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad. En concreto, si el deudor no es considerado de buena fe, no podrá beneficiarse de la exoneración del pasivo insatisfecho, que es una de las principales ventajas de la Ley de Segunda Oportunidad.

Cómo demostrar que soy un deudor de buena fe

Para demostrar que es un deudor de buena fe, el deudor debe aportar al juzgado pruebas que acrediten que ha obrado con honradez y diligencia en el manejo de sus finanzas. Entre estas pruebas se encuentran las siguientes:

Documentación que acredite que ha intentado llegar a un acuerdo con sus acreedores.
Documentación que acredite que ha administrado sus finanzas de forma correcta y transparente.
Documentación que acredite que ha pagado sus deudas a tiempo y en su totalidad, siempre que sea posible.
Ventajas de ser considerado de buena fe

Ser considerado de buena fe tiene una serie de ventajas, entre las que se encuentran las siguientes:

Mayor probabilidad de acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad.
Posibilidad de beneficiarse de la exoneración del pasivo insatisfecho.
Mejora de la reputación del deudor.
Recomendación

Si se encuentra en una situación de insolvencia, es importante que consulte con un abogado experto en Derecho Concursal y Ley de Segunda Oportunidad para que le asesore sobre los requisitos para ser considerado un deudor de buena fe y sobre cómo demostrar esta condición.

Sendra Abogados

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